III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
CICLO B – 2018
Jon 3, 1-5. 10 / Sal 25 (24) / 1 Co 7, 29-31 // Mc 1, 14-20
“Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas” (Sal 25)
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos hermanos a este encuentro privilegiado con el Dios de la vida. En este III domingo del Tiempo Ordinario el Señor nos llama a volver a Él. Creemos que la conversión es solo algo para pecadores, pero nosotros también lo somos. Volver a Dios es un acto constante de amor.
Confiados en el amor inmenso de Dios, demos gracias.
MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA
El profeta Jonás encarna la experiencia del profeta, es decir, mostrar a los hombres la necesidad de volver el corazón a Dios. Jesús inicia su misión llamando a esto mismo. Que al escuchar la Palabra de Dios evaluemos nuestra relación con el Dios de la vida y fortalezcamos nuestros vínculos de amor con él.
Escuchemos atentos la voz del Espíritu de Dios que no cesa de buscarnos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
R/. Tú que nos llamas a la conversión, escúchanos.
- Que la Iglesia, extendida por todo el mundo, se abra a la acción de tu misericordia y sea instrumento de conversión y reconciliación entre los hombres.
- Que nuestra nación, dividida por el odio y el egoísmo, deponga sus idolatría y vuelva su corazón a ti, Dios verdadero.
- Que quienes están oprimidos por el peso del pecado o el juicio severo, abran su ser a la experiencia de la misericordia y los actos de amor a ti y los demás hermanos.
- Que aquellos que has llamado a ser pescadores de hombres, sean sostenidos por tu gracia para que anuncien a cada persona el poder transformador de tu bondad.
- Que esta comunidad, movida por el Espíritu Santo, sea recinto constante de conversión y que cada uno de nosotros, no sea piedra de tropiezo, sino, por el contrario, instrumento de tu paz para los demás.
MONICIÓN AL OFERTORIO
Presentemos nuestros corazones al Dios del perdón, para que con el pan y el vino, sean ofrendas amadas por Dios; así, unidos más estrechamente a Él, reproduzcamos su imagen en el mundo que vivimos.
Hagamos nuestra ofrenda.
MONICIÓN A LA COMUNIÓN
El mesías de Dios está en medio de nosotros para acercarnos al Padre. Que esta comunión nos permita vivir más estrechamente unidos a él y gozar de su presencia cada día de nuestra semana y nuestras vidas. Pasemos al altar y comulguemos con él y su iglesia.
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